Desde la noche de ayer veía publicaciones eufóricas sobre el «bum» del lanzamiento de Shakira y DJ Bizarrap, Vol.53, hoy tendencia #1 con más de 34 millones de reproducciones en menos de 24 horas. Resultado de una colaboración entre artistas del momento y talentos que aprovechan una vez más las plataformas digitales, en donde la inversión de producción es mínima,  con la oportunidad de hacerse viral en corto tiempo, y lo mejor sin gastos de publicidad. 

Opiniones encontradas, más de las que como siempre, desmeritan la genialidad y talento indiscutible de una mujer latina. 

Que sí el mensaje es de una mujer ardida, que no ha sanado la infidelidad, que sí el mensaje es tóxico, que sí esta dañando a sus hijos, ¡ardida, claro! cualquiera  y no solo siendo mujer lo estaría al enterarse que le pusieron el cuerno.

¿Tóxica?  Acaso no es más tóxico estar  con alguien que sabes que te pinta el cuerno y aguanta por los hijos?,  ¿no es más tóxico aguantar una infidelidad por comodidades financieras? ¿No es más tóxico mostrarles a tus hijos que estas con una persona que te falta el respeto?. Como siempre  los ardidos verán  el lado negativo del éxito indudable de una mujer que la esta rompiendo, y que más allá de que si esta ardida o no, nos esta enseñando a ver una crisis como una oportunidad. ¡Caray eso nos hace falta y mucho más en México!

Shakira nos mostró  la realidad de millones de mujeres, que han visto el divorcio como un fracaso, que se aguantan por pena y callan la razón por la que se divorciaron o simplemente no disuelven su matrimonio por “el qué dirán”. Shakira nos enseñó que no tiene nada de malo exponerte al mundo, mostrándote vulnerable al llorar y mostrar qué le dolió la infidelidad. Nos esta enseñando a no callar y dejar claro que millones de hombres se olvidan de su corresponsabilidad y de los gastos que genera un hijo. 

Shakira tuvo que venir a validar que se vale llorar y estar ardida, pero también sigue empoderando a más mujeres, pues nos ha dejado claro que de los momentos más difíciles salimos más fuertes, que el fracaso nos deja mayores aprendizajes, y que no hay que quedarnos calladas,  porque sí, “las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan”. Hoy son más mujeres incorporadas al mundo laboral, y muchas más queriendo lograr su libertad financiera, hoy hay más mujeres trabajadoras haciéndese cargo de las cuentas.